Abrir el grifo de la cocina, encender la luz de tu habitación, tomar un autobús, leer tus correos electrónicos, conectarte a una red social… Todas estas actividades diarias dependen de la infraestructura.
Ya sean carreteras, redes de transporte, líneas de alta tensión, redes de telecomunicaciones, plantas de tratamiento de aguas residuales, inervan continuamente las actividades humanas.
Un sector en auge
En términos de inversión, esta clase de activos está en auge, impulsada por el progreso tecnológico, por cuestiones demográficas, pero sobre todo por la transición energética. Parques solares o eólicos, estaciones de carga, complejos de metanización, redes de calefacción, las necesidades son enormes.
Solo para estas infraestructuras, las inversiones necesarias en Europa durante la próxima década se estiman en 200.000 millones de euros al año. Una empresa de gestión de activos especializada en inversiones en infraestructuras sostenibles, Generali Global Infrastructure (ahora Infranity) ha anunciado así que ha duplicado sus activos durante el último año hasta alcanzar los 6.000 millones de euros.
Invertir en la economía real
En lugar de centrarse en productos financieros opacos, cuyo significado no necesariamente se mide, los ahorradores pueden verse seducidos por una inversión en la economía real, por el deseo de contribuir al desarrollo del transporte ferroviario o la construcción de instalaciones sanitarias.
Otra ventaja: es una clase de activo muy estable, que se puede descorrelacionar de los mercados bursátiles, financiando proyectos a muy largo plazo y, además, enmarcado en importantes regulaciones.
En estos tiempos de inflación y subida de tipos, estas son inversiones que se están manteniendo bien y que incluso pueden actuar como refugio seguro, protegidas por tipos fijos o coberturas de tipos.
Riesgos controlados para el ahorrador
Históricamente reservada a las instituciones, la inversión en infraestructura se ha vuelto más democrática. Aunque es posible invertir a través de una cartera de acciones, el riesgo de pérdida de capital no es despreciable ya que estos proyectos están sujetos a riesgos políticos, climáticos e incluso de salud, como lo demuestra la crisis relacionada con el COVID-19.19 que interrumpió muchas obras de construcción. .
En este caso, deben ser inversiones que te permitan diversificar tu cartera con posibilidad de generar altas rentabilidades. Pero también es posible posicionarse indirectamente a través de nuevas ofertas presentes en los contratos de seguros de vida, con un capital garantizado.
En este contexto, el ahorrador puede arbitrar en cualquier momento y preservar sus necesidades de liquidez.