Ilustración: Revolución energética.
Gracias a una estrategia ofensiva, Australia tiene el mayor consumo global de energía solar per cápita del mundo, por delante de Alemania y Japón, con un 22%. Animados por esta actuación, los australianos se embarcaron en un megaproyecto en 2018, el «Power Link». Supuesto como el mayor proyecto de producción y almacenamiento de electricidad a partir de energía solar en baterías del mundo, su costo se estima en 21 mil millones de dólares. Demasiado caro ? Absurdo ? ¿No puedes financiar? El proyecto ha tomado agua, pero ¿por qué?
El proyecto solar “Power Link” preveía la construcción, en el norte de Australia, de una central fotovoltaica compuesta por 9 millones de paneles y una capacidad de 20 GW, combinados con baterías. Encargado a una empresa privada australiana, Sun Cable, pretendía conectar eléctricamente Australia con Asia (Singapur e Indonesia), a partir de 2027, a través de una línea submarina intercontinental de 4.200 km de longitud.
Técnicamente, este ambicioso proyecto consistía en utilizar líneas de corriente continua de alta tensión (HVDC o CCHT), habitualmente instaladas en enlaces marítimos y en menor medida terrestres para distancias muy largas. La producción eléctrica debía ser transportada desde el parque fotovoltaico de Elliott hasta Darwin (norte), a lo largo de 750 km, donde se iba a instalar la gigabatería, antes de ser transportada bien a las distintas regiones del país o bien a Asia, por cable submarino .
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Las razones del fiasco
Se espera que el proyecto genere suficiente electricidad renovable para abastecer a más de 3 millones de hogares al año, incluido el 15 % de las necesidades de Singapur. Habría reducido las emisiones de CO₂ en 11,5 millones de toneladas según sus patrocinadores. El proyecto Power Link recibió un amplio apoyo de los inversores y del gobierno federal australiano desde el principio. El primer ministro Anthony Albanese lo calificó como un «proyecto excepcional» y dijo que su país estaba desplegando capacidad solar y eólica «a un ritmo cuatro o cinco veces más rápido per cápita que en la Unión Europea, Estados Unidos, Japón o China». »
Origen de la producción eléctrica en Australia en 2020 y evolución del mix nacional / Infografía: Energy Revolution.
Sin embargo, la empresa Sun Cable colapsó rápidamente. La razón aducida: sus dos principales accionistas: el magnate del hierro, Andrew Forrest, y el multimillonario Mike Cannon-Brookes, no habían podido ponerse de acuerdo sobre una nueva ronda de financiación para dicho proyecto. En consecuencia, la sociedad fue puesta en administración voluntaria a partir de diciembre de 2022, para examinar la posibilidad de su recapitalización o liquidación mediante venta total.
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El gobierno está tratando de salvar el día.
Según un informe del gobierno australiano, la contribución de la electricidad solar a las empresas de servicios públicos de todo el país se ha multiplicado por diez en tres años hasta alcanzar los 7,4 GW en 2020, en comparación con los 740 MW de 2017.
Así, pese al del todo previsible fracaso de Power Link, las autoridades australianas siguen siendo optimistas sobre su capacidad para enarbolar las energías renovables como primera fuente de energía, de aquí a 2030. Según estas previsiones, la energía solar debería superar al carbón, de aquí a 2025, gracias a proyectos tan ambicioso como el Power Link. Mejor, Australia aspira a desarrollar una red eléctrica intercontinental que se extenderá desde India hasta Nueva Zelanda.
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