Si bien las inversiones en energía baja en carbono han igualado por primera vez las de los combustibles fósiles en todo el mundo en 2022, con una cantidad similar de 1.100 millones de euros, los resultados también son muy positivos a escala de la Unión Europea, en la que la eólica y la solar tienen proporcionó más electricidad a los 27 países miembros que el gas fósil.
La eólica y la solar aportaron así el 22% de la electricidad consumida en la Unión Europea, superando por primera vez al gas natural utilizado en la producción de electricidad, representando un 20%, seguido del carbón (16%).
En detalle, la producción solar aumentó en 39 teravatios hora (+24% respecto a 2021), un récord. A modo de comparación, la electricidad producida por las centrales nucleares fue de 279 teravatios hora en Francia en 2022.
Renovables que han limitado el uso del carbón
Si la Unión Europea ha reactivado sus centrales eléctricas de carbón para hacer frente al cierre de los gasoductos rusos, su recurso podría haber sido mucho mayor sin la energía solar y eólica.
Así, la producción de electricidad a base de carbón aumentó en 28 teravatios hora (+7% respecto a 2021), pero los especialistas apuntan que su uso ha disminuido en los últimos cuatro meses del año, sin duda también en parte gracias a la caída de la demanda de electricidad ( -7,9% entre el último trimestre de 2021 y 2022).
“Los shocks de 2022 provocaron solo un ligero aumento en la energía del carbón, pero una gran ola de apoyo a las energías renovables. Se acabó cualquier temor a un repunte del carbón”, aseguró Dave Jones, jefe de análisis de datos de Ember.
Por tanto, las energías renovables han contribuido en gran medida a hacer frente a la crisis energética, permitiendo evitar los cortes de energía y el uso excesivo de carbón y la importación de gas natural licuado.