Se establecerán centros (hub) alimentados con energía solar en áreas remotas de las regiones de Anosy y Androy como parte de la iniciativa de Transformación Rural Rápida (RRT) del PMA (Programa Mundial de Alimentos).
Este innovador proyecto, destinado al desarrollo de las comunidades rurales del sur del país, fue lanzado la semana pasada por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el gobierno. Con la disponibilidad de energía asequible y sostenible a través de la energía solar, será posible proporcionar agua potable e irrigación, operar servicios, expandir las oportunidades empresariales, conectarse a Internet y comunicarse con el exterior para las comunidades en áreas remotas de ambas regiones.
Los centros serán administrados por las autoridades regionales. Deben permitir a los distintos socios establecer servicios comunitarios integrados: centros de formación en producción de alimentos, desarrollo de habilidades empresariales para mujeres y jóvenes, aulas digitales. Esto, al tiempo que mejora la producción agrícola a través de la hidroponía y el riego por goteo alimentado por energía solar.
“Gracias a este proyecto piloto se estimula la transformación rural, incluso en zonas geográficamente aisladas, a través de la disponibilidad de agua potable para riego, instalaciones de salud, el desarrollo de oportunidades empresariales y el desarrollo de cadenas de valor agrícola”, explica Jocelyn Raharimbola , gobernador de la región de Anosy. “Después de años de inseguridad alimentaria, los datos sobre el terreno muestran una mejora en la situación nutricional gracias a las intervenciones de emergencia y la colaboración con organismos como el PMA”, añade.
Madagascar se encuentra entre los diez países más vulnerables a los desastres naturales en el mundo y es considerado el país más expuesto a los ciclones en África. Las regiones de Androy y Anosy son las más afectadas por la crisis climática y tienen altas tasas de desnutrición crónica entre los niños menores de cinco años. Estas regiones también se ven afectadas por eventos climáticos extremos como ciclones, tormentas y sequías. Las Naciones Unidas estiman que 2,2 millones de personas corren el riesgo de sufrir una alta inseguridad alimentaria para abril de 2023 en las zonas sur y sureste de Madagascar.